AMNISTIA
PARA LOS RICOS Y LEÑA PARA LOS DEMÁS
UNA
DECLARACION DE PRINCIPIOS DEL PP
Cada reunión del Consejo
de Ministros el Gobierno del PP nos ofrece una declaración más de principios
ultraconservadores. La del 26 de abril es muy significativa.
El Ministro Guindos toma
la batuta y dirige la orquesta anunciando un Plan de lucha contra el fraude a
la Seguridad Social, que focaliza en el cobro indebido de prestaciones, y la
subida del IVA y la bajada de cotizaciones sociales a los empresarios para 2013.
En el fondo están los
argumentos clásicos de la ultraderecha económica de que la riqueza la crean
solo los empresarios, como si esto fuese posible sin trabajadores, y que el que
no trabaja es por vagancia, que recuerda al atinado juicio del, desaparecido y
admirado, profesor Galbraith, cuando señalaba que los ricos siempre han
considerado vago al pobre que no trabaja y honrado ejercicio del ocio sus
viajes de placer y sus partidos de golf.
Es saludable que el Plan
contra el fraude a la Seguridad Social incluya un endurecimiento legal de la
persecución del fraude en el pago de cotizaciones, aunque habrá que esperar a
su aplicación para ver su efecto real, no lo es que el énfasis de las
intervenciones se centre en los desgraciados que cobran 400 euros de subsidio y
hacen alguna chapuza, cuando recientemente se ha aprobado una amnistía fiscal, con
impuestos reducidos para los que llevan evadiendo millones y millones desde
hace años.
Esta actitud contrasta con
la delicadeza con que se tratan los impagos de cotizaciones a la Seguridad
Social del que es un ejemplo gráfico, desgraciadamente no el único, el de unos
clubs de la Liga de Futbol que adeudan cientos de millones.
Del anuncio no sorprende
el incremento del IVA y otros impuestos indirectos, que el Gobierno estima
aportarán al menos 8 mil millones de euros adicionales, lo que quiere decir que
la subida será de, al menos, un punto y medio, y si sorprende la intención de
bajar las cotizaciones sociales, dada la actual evolución de las cuentas de la
Seguridad Social, los salarios y el empleo.
Cada punto de cotización a
la Seguridad Social equivale a 4.500 millones de euros y cada punto de subida
del IVA, aproximadamente, a 4 mil. Esto último significa que si el Gobierno
estima en 8 mil millones el aumento de ingresos previsto por la subida de
impuestos indirectos, equivaldría a 2 puntos de IVA, o a punto y medio si prevé
ingresar 6 mil por este impuesto y otros 2 mil por subidas de los impuestos
especiales a alcohol, tabaco e hidrocarburos, incrementando un 10 % la
recaudación conjunta de todos ellos.
Aparte de objetar la
mentira que implica la virulencia con que rechazaban hasta muy recientemente la
subida del IVA, la objeción sería menor si reconocieran su mentira o error y se
limitasen a considerar que esa recaudación adicional serviría para reducir el
déficit y/o limitar la presión sobre la reducción de gasto en sanidad,
educación o de estímulo a la economía productiva y el empleo pero, al
acompañarla del anuncio de reducir cuotas empresariales a la Seguridad Social,
de nuevo hacen temer lo peor.
Como consecuencia de la
reducción del empleo y los salarios reales, las cuentas de la Seguridad Social
tienen un equilibrio frágil. En 2011 su superávit se produjo por el rendimiento
financiero del Fondo de Reserva, mayoritariamente invertido en deuda pública
española, y las previsiones para 2012, en el mejor de los casos, son de
equilibrio.
Así, una reducción de
cuotas en 2013, cuando no se prevé ni un crecimiento económico significativo ni
creación neta de empleo, es una apuesta premeditada por el déficit y el
deterioro del Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
El argumento del Ministro
Guindos de que la reducción de cuotas crea empleo no se tiene en pié. Porque si
la subida del IVA es para reducir el déficit no se puede compensar íntegramente
con bajada de cotización y si la bajada de cotización fuese de un punto o
menos, nadie con dos dedos de frente puede defender que servirá para crear
empleo.
Las cotizaciones sociales
son costes de personal, por tanto retribución al trabajador, y el coste de
personal medio en España un 40 % inferior a la media de la UE, casi el 50 % si
la comparación se hace con Alemania o Francia.
En los dos últimos años la
diferencia se amplía, y en el futuro, como consecuencia de la reforma laboral,
la caída de los salarios en España se acelerará y la diferencia también. No hay
que olvidar además, que la cotización efectiva en España, es mucho más baja que
la legal, como consecuencia de las múltiples bonificaciones, no siempre justas
ni útiles.
Es decir, anunciar una
bajada de cotizaciones ahora, es como hacer que el pirómano grite fuego antes
de tiempo. Porque sería añadir dificultades a las cuentas de la Seguridad
Social para, a continuación, argumentar la insostenibilidad del sistema y
meterle mano a las pensiones y/o al Fondo de Reserva, que es uno de los
soportes más seguros para la Deuda Soberana de nuestro país.
Para los poderosos amnistía
fiscal y reducción de cotizaciones, para la mayoría aumentos de impuestos,
tasas y copagos, empeoramiento de sanidad y educación, máximo rigor en la
persecución del cobro de subsidios y amenazas al sistema de pensiones. Esa es la declaración de principios del PP y
la muestra de ineptitud de un gobierno que además, por ese camino no conseguirá
cuadrar las cuentas, ni recuperar la economía, ni el empleo y sí añadir nuevas
tensiones a la Deuda Soberana de España.
Parafraseando de nuevo al
profesor Galbraith, como siempre, los ricos están convencidos de que es bueno
atiborrar al caballo de avena, porque en su paso por el intestino algunos
granos no se consumen y cuando salen alimentan a los gorriones.
Andrés
Gómez